1 de junio de 2015

YO RECICLO, TU RECICLAS, NOSOTROS RECICLAMOS...


Mariana Riveros


Reciclar es un verbo hermoso. ¿Por qué no lo practicamos más?

El acto de reciclar puede observarse desde distintos puntos, desde distintas posiciones, distintos lugares. En este maravilloso acontecimiento de devolver bienestar a la tierra, el agua y el aire del que vivimos, tenemos también la libertad de contribuir desde nuestras posibilidades.

Recicla desde casa. Reciclar es una elección que conlleva responsabilidad y merece constancia, dedicación, compromiso. Basta decidirse a hacerlo para dejar de mirar basura y pensar en creatividad; cajas de leche, botellas de plástico, tapaderas, botes, garrafones, frascos, llantas, etcétera. Estos materiales, que por lo regular terminan en la basura, pueden quedarse en casa si les damos una segunda vida.

Recicla para centros de acopio. Si te gusta reciclar pero no tienes tiempo de darle uso a los desechos de tu hogar o del trabajo, tómate el tempo de buscar sitios, locales centros donde se recaude material para reciclar. Lleva a esos lugares el cartón, el plástico o vidrio que hayas recopilado, esta también es una forma de aliviar la crisis de basura que ya se vive más crudamente en las ciudades.

Reciclar en tus compras. Cada vez son más los negocios o artesanos locales que deciden integrar dentro de sus productos artículos donde se reutilizan materiales como cartón, madera, plástico, metal, tela, etcétera. Se trata muchas veces de productos ingeniosos y mejor aún útiles a la vida cotidiana, como monederos, libretas, bolsos, aretes y más. ¡Fortalece estas iniciativas de consumo armonioso!

Tenemos muchas opciones desde dónde apoyar este gesto consciente. Promueve el reciclaje en tu casa, entre los miembros de tu familia, entre tus amistades, en la escuela, la calle, las tiendas. La invitación a cambiar nuestras hábitos siempre es oportuna, seamos parte de esta fiesta por respeto a la vida. Ella recicla, él recicla. ¡Todos reciclamos!

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