16 de mayo de 2015

LAS BESTIAS HUMANAS

Juan Bozzano

En México y en el Mundo vivimos una época de explosión de la bestialidad humana, esos períodos cíclicos de la humanidad en que grandes sectores de ella presentan todas sus facultades para la violencia, silenciando todas sus cualidades creativas, intelectuales y emocionales que nos hacen específicamente humanos.

Someten toda su creatividad, inteligencia y sensibilidad al uso de la fuerza y la violencia, inventando maravillas como las armas: es decir, practicamos la  guerra, actividad humana en la que el odio termina por apagar al amor y la violencia  somete a la creatividad del amor…

Pero  estos comentarios tan abstractas no me deben impedir el aterrizar en la realidad más concreta y quiero, a partir de ahora, realizar un aterrizaje forzoso a nivel local, para hablar de mi “hogar”, situado en plenas laderas del bosque mesófilo de montaña, también conocido como el bosque de  niebla, como puede ser comprobado por cualquier persona que se asome por la ventana en la bio-región Xalapa-Coatepec el día de hoy) y sobre todo en la ex hacienda de Tecoxolco, situada en la congregación de Las Puentes, en Coatepec, Veracruz, en cuyo núcleo ahora me encuentro, en mi parcela y casa de la comunidad ecológica de Huertos Familiares Tecoxolco    (o del rancho de Huertos Familiares Tecoxolco, como aparecemos en los mapas del Inegi).

Y en esta localidad existe el conflicto y, por lo tanto en el México de hoy, la violencia…

También existen otras muchas cosas, como las fiestas patronales de La Purísima Concepción el 8 de diciembre, donde se dio una convivialidad intensa entre todos los pobladores (unas doscientas cincuenta familias) y muchos visitantes; pero una parte de la vida en dicha congregación y, sobre todo en la porción de la ex hacienda (22 hectáreas), no es para nada positiva y feliz, porque desde hace más de 8 años ha padecido la invasión de un grupo de colonos agrupados por una organización cuyo nombre es COMMUN AC, dirigida por Laurencio Ortiz Solís, mejor conocido por el sobrenombre de Don Pepe. Este personaje es el típico cacique-caudillo que proliferan en casi todas las organizaciones sociales de México y de gran parte del mundo en desarrollo: autoritario, violento, soberbio, impositivo, que siempre confunde su palabra con la ley, porque para él parece que esta última no existe. El municipio, los pobladores de la congregación de Las Puentes, mis vecinos de la comunidad ecológica Huertos Familiares Tecoxolco, y los de otras congregaciones y municipios circunvecinos (Xalapa, Xico, Teocelo…), han manifestado en varias ocasiones y escritos su rechazo a este proyecto de invasión, que en más de 8 años no ha logrado sembrar más que tres cabañas sin servicio sanitario alguno, donde viven hacinadas tres familias…

Don Pepe se ha convertido en una amenaza para los transeúntes que pretendemos atravesar la ex hacienda, ya sea para bajar a la congregación de Las Puentes o para ir a Coatepec en el caso de las congregaciones circunvecinas (San Marcos, Úrsulo Galván, Las Puentes, Zimpizahua), porque el camino real que atraviesa la ex hacienda ha sido paso durante siglos para todos los habitantes de estas; sin embargo, por habernos opuesto a su invasión ilegal, nos ha cerrado el portón de entrada a la ex hacienda desde Las Puentes, y a mí en lo personal me ha agarrado una especial aversión, porque lo he denunciado en los medios locales, en el municipio y ahora, inclusive, el ministerio público de Coatepec.

Primero lo denuncié por amenazas de golpes y de prohibirme pasar por el terreno que tiene invadido y del que no es dueño (la dueña sigue siendo María del Pilar Fernández de Ortega), y Don Pepe se encuentra demandado por esta y su marido y apoderado legal, el Ing. Miguel Ortega por la venta ilegal de lotes de 15x7m2 sin ser dueño de ellos; de hecho por este motivo el año antepasado don Pepe estuvo varios meses en la cárcel, de la que logró salir mediante el pago de una elevada fianza. Pero el lunes 26 de enero tuve que ampliar mi denuncia, acusándolo de que, junto a su yerno, me golpeó el domingo 18 en la mañana, por haber pasado pacíficamente por el camino que nos tiene injustamente prohibido.

De repente, y sin que mediara ninguna agresión de mi parte, se me echaron encima los dos como fieras dándome patadas y golpes e insultándome con todo tipo de obscenidades;
Mi sensación, en el tiempo que duró la agresión (aproximadamente un minuto),  fue que me había encontrado con dos bestias humanas…y no digo animales, porque considero que estos son más racionales que don Pepe y su yerno.  Para su desgracia y mi fortuna hubo testigos de Las Puentes de su agresión…

Individuos como Don Pepe son muy peligrosos porque se convierten en intermediarios entre el estado y la población para favorecer la eficacia de los sistemas de dominación política estatal, a los que ellos pretenden servir y subsumirse, con el fin de justificar su labor depredadora y ecocida…

Y así: ¿por los siglos de los siglos, amén?

Esperemos que no; al menos en Tecoxolco…

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