20 de agosto de 2014

LA MISIÓN DE LAS COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE

Pbro. Alfredo Hernández Vázquez

La misión es el modo  de ser de la iglesia de Jesús. La misión es un proceso, no es un programa o actividad puntual. No se trata de hacer una pastoral misionera al margen de la comunidad sino de desarrollar comunidades que confirmen a los de dentro y atraigan a los de fuera. La misión no es entregar un mero contenido considerado bíblica o tecnológicamente exacto como si fuera una fotocopia que mantienen fidelidad a su original. La misión es la transmisión de las señales que van a revelar una infidelidad de nuevos espacios que antes no se habían podido imaginar. Es como disponer de una llave que abre puertas importantes permitiéndonos reconocer lo que el Espíritu Santo ya ha comenzado a realizar en otros lugares y personas, casi siempre usando códigos diferentes a los que nosotros habitualmente usamos.

La misión no es una acción para buscar más adeptos, más militantes, más numero para la Iglesia de Jesús. Nuestra Iglesia no debe de crecer por proselitismo sino por atracción. La misión es al mismo tiempo crisis, encuentro, diálogo, signo, testimonio, servicio y compromiso. La misión no debe tener como meta alcanzar mayorías numéricas. Lo más probable es que la iglesia de Jesús sea siempre minoría en el mundo, pero también fermento, sal y semilla. Y existen semillas que llegaron con el viento y brotaron donde no se esperaba. Proponer la fe cristiano no es proponer un sistema religioso, sino un camino comunitario.

<<A Apolo le habían enseñado algo del camino del Señor, y hablaba con mucho entusiasmo. Enseñaba en forma acertada lo referente a Jesús, aunque sólo se había quedado con el bautismo de Juan. Hablaba con mucha convicción en la sinagoga. Al oírlo Aquila y Priscila, lo llevaron consigo y le expusieron con mayor precisión el camino>> Hechos 18, 25-26.

<<Pablo, al ver que algunos en vez de creer, se endurecían más y criticaban públicamente el camino, se separó de ellos. Tomaba aparte a sus discípulos y diariamente les enseñaba desde las once hasta las cuatro de la tarde>> Hechos 19, 9.

Conservar la doctrina y el pasado no aseguran automáticamente la fidelidad al Evangelio.

Evangelizar no es imponer una doctrina que no se recibe del Evangelio. El mensaje de Jesús siempre nos convierte a la justicia, al bien y al amor. El papa Francisco nos dice: <<Pronunciar discursos y hacer propuestas cristianas sin llevarlas a la práctica, hace mal a quien las comunica y a quien las escucha. Imponer la uniformidad, no ayuda a la misión de la Iglesia>> Homilía en Santa María la Mayor. Roma, Italia.

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